Túmulo de María
UNO
Hay una tradición muy fuerte que viene de Jerusalén de la Asunción de María.
Un documento llamado El Transitus Mariae, que a su vez se basa en el escrito de Lucius Carinus, un discípulo de Juan el Apóstol, relata que María vivió al lado de la Iglesia de la Última Cena, el Cenáculo en el Monte Sión en Jerusalén para poder estar cerca de Jesús en la Eucaristía. La Iglesia de la Dormición está ahora sobre lo que fue su hogar. El ángel Gabriel dio a conocer que su tiempo en la tierra era corto. Ella oró para que los apóstoles regresaran, porque todos, excepto Santiago el Menor, habían sido enviados en misión por todo el mundo. María visitó todos los lugares sagrados de Jerusalén por última vez. Todos los apóstoles vivientes regresaron. Excepto por Thomas, llegó tarde.
El icono de la Dormición nos cuenta una historia. Vemos el cuerpo de la Madre de Dios en su féretro funerario rodeada por los Apóstoles. Sobre ella está Jesús envuelto en luz increada con lo que parece ser un niño pequeño en sus brazos envuelto en pañales. La Santa Madre de Dios repite la oración: "Mi alma magnifica al Señor..." cuando el Salvador abre las puertas del cielo y toma su alma bendita en Sus brazos. Su alma aparece como una niña pequeña envuelta en pañales, Inmaculada. Los discípulos tratan su cuerpo con gran reverencia y lo procesan por las calles de Jerusalén desde el Monte Sión hacia Getsemaní, donde lo colocan en la tumba y le dan un último beso y sellan la tumba con una piedra, como era costumbre. Allí permanecen en oración.
DOS
Cada año, cuando celebran la Asunción de María en Jerusalén, van al pie del Monte de los Olivos a la Iglesia de la Tumba de María.
Desfilan con velas por la larga escalera cruzada hasta su tumba, donde veneran este lugar sagrado. Detrás de la tumba de María colocan un icono de María sobre una mesa cubierta con una hermosa tela. Cada persona se pone de rodillas, como un niño pequeño y se arrastra debajo de la mesa, bajo el Manto de María, se levanta al otro lado y besa la mejilla de Nuestra Señora.
Qué hermosa expresión de su amor, su consagración y su relación con María.
TRES
Cuando María se apareció a Juan Diego en México en 1531, ella le dijo:
"Escucha y deja que penetre en tu corazón, mi querido hijito (Mijito); Que nada te desanime, nada te deprima. Que nada altere tu corazón o tu rostro. ¿No estoy yo aquí, que soy vuestra Madre? ¿No estás bajo mi sombra y protección? ¿No soy yo tu fuente de vida? ¿No estás en los pliegues de mi manto? ¿En el cruce de brazos? ¿Hay algo más que necesites?
CUATRO
San Juan Damasceno propuso la consagración a María en uno de sus sermones sobre la Asunción en la tumba de María alrededor del año 700:
Nosotros también hoy permanecemos cerca de ti, oh Señora. Sí, repito, oh Señora, Madre de Dios y Virgen. Atamos nuestras almas a tu esperanza, como a un ancla más firme y totalmente inquebrantable, consagrándote mente, almas, cuerpo y todo nuestro ser y honrándote tanto como podamos con salmos, himnos y cánticos espirituales.
En Fátima en 1917 María reveló a los tres niños que Dios desea establecer en el mundo la devoción (consagración) a Mi Inmaculado Corazón, queriendo salvarlo por este medio.
¿Por qué consagramos el mundo y a nosotros mismos a María?
Por la razón más profunda: somos impotentes por nuestra cuenta para cambiar algo. Solo por nuestro poder no podemos cambiarnos a nosotros mismos, y mucho menos lograr la paz mundial.
Sólo Jesús tiene el poder de salvarnos, cambiarnos y transformarnos.
CINCO
Devoción o consagración a María significa vivir en imitación de la relación de Jesús con María. Jesús se consagró a María para ser un pequeño embrión en su vientre y un niño a su cuidado. Pasó 30 de los 33 años de su vida viviendo una relación personal con María. Si queremos imitar a Jesús, seguiremos al Maestro, nos consagraremos a María y luego viviremos la consagración viviendo una relación personal con ella, momento a momento, día tras día. Invitad a María a ser vuestra Madre, vuestra Directora Espiritual y vuestra amiga.
Aunque fue asunta al cielo, no se ha ido. Ella está presente. La conciencia de la Presencia de María no es sólo para la élite espiritual, es para todos sus hijos que cultivan el conocimiento de su Presencia.
Una buena resolución sería que cada vez que veas una imagen de María, deja que te recuerde que está presente, y luego habla con ella. Te sorprenderá cómo te guía.