Consagración a la Virgen María 13
uno
¿Por qué consagrarse a María? Por su cuenta, María no tiene poder para ayudarnos. Como profesamos en el Credo, el Espíritu Santo es el Señor y Dador de vida. El Espíritu Santo es aquel que tiene el poder de llevar la vida divina de Jesús a nuestra alma y formarnos a semejanza de Cristo. Mary no tiene poder para hacer esto por su cuenta. Pero ahora les diré lo que la Iglesia católica primitiva y los santos como San Luis de Montfort, San Maximiliano Kolbe y San Juan Pablo II sabían y entendían: El Espíritu Santo forjó a María como la expresión humana perfecta de la Persona, de la Misión y de la Actividad del Espíritu. El Espíritu Santo lleva a cabo la misión de formar Jesús en vosotros a través de María. Pero no sólo María es aquel a través del cual el Espíritu trabaja, María es también la que se parece perfectamente al Espíritu Santo como persona humana. La consagración a María es realmente consagración al Espíritu Santo.
dos
La mejor descripción del Espíritu Santo no es una paloma, fuego o agua; Las Escrituras llaman al Espíritu Santo por el nombre de Sabiduría y describen la Sabiduría de una manera distintivamente femenina y materna:
Sabiduria 7 7-12 "Por eso pedí y se me concedió la prudencia; supliqué y me vino el espíritu de Sabiduría. Y la preferí a cetros y tronos y en nada tuve a la riqueza en comparación de ella. Ni a la piedra más preciosa la equiparé, porque todo el oro a su lado es un puñado de arena y barro parece la plata en su presencia. La amé más que la salud y la hermosura y preferí tenerla a ella más que a la luz, porque la claridad que de ella nace no conoce noche. Con ella me vinieron a la vez todos los bienes, y riquezas incalculables en sus manos. Y yo me regocijé con todos estos bienes porque la Sabiduría los trae, aunque ignoraba que ella fuese su madre."
Usted está tentado a pensar que la Biblia está hablando de María aquí, pero está describiendo el Espíritu Santo y el nombre al que la Escritura da el Espíritu es Sabiduría.
Escuchen cómo el siguiente pasaje describe el Espíritu Santo (Sabiduría 7:22-8:1)
"Pues hay en ella un espíritu inteligente, santo, único, múltiple, sutil, ágil, perspicaz, inmaculado, claro, impasible, amante del bien, agudo, incoercible, bienhechor, amigo del hombre, firme, seguro, sereno, que todo lo puede, todo lo observa, penetra todos los espíritus, los inteligentes, los puros, los más sutiles. Porque a todo movimiento supera en movilidad la Sabiduría, todo lo atraviesa y penetra en virtud de su pureza. Es un hálito del poder de Dios, una emanación pura de la gloria del Omnipotente, por lo que nada manchado llega a alcanzarla. Es un reflejo de la luz eterna, un espejo sin mancha de la actividad de Dios, una imagen de su bondad. Aun siendo sola, lo puede todo; sin salir de sí misma, renueva el universo; en todas las edades, entrando en las almas santas, forma en ellas amigos de Dios y profetas, porque Dios no ama sino a quien vive con la Sabiduría. Es ella, en efecto, más bella que el sol, supera a todas las constelaciones; comparada con la luz, sale vencedora, porque a la luz sucede la noche, pero contra la Sabiduría no prevalece la maldad. "Se despliega vigorosamente de un confín al otro del mundo y gobierna de excelente manera el universo."
tres
El Espíritu Santo no es una mujer. El Espíritu Santo es la Sabiduría de Dios como dice el CCC 292: "Sólo existe un Dios [...]: es el Padre, es Dios, es el Creador, es el Autor, es el Ordenador. Ha hecho todas las cosas por sí mismo, es decir, por su Verbo y por su Sabiduría", "por el Hijo y el Espíritu"
En el Antiguo Testamento, la Sabiduría se describe con características distintivamente femeninas, nupciales, maternas y virginales. Por ejemplo, Eclesiastico 15, 1-2 "Así hace el que teme al Señor, el que abraza la Ley logra sabiduría. Como una madre le sale ella al encuentro, le acoge como una esposa virgen."
cuatro
En el Nuevo Testamento, el Espíritu Santo lleva a cabo una misión específicamente maternal y educativa de formar a Cristo y a los cristianos:
1. Primero en María:
a. Lucas 1:35, María concibió a Jesús por el poder materno del Espíritu Santo
2. Entonces en los cristianos:
a. 1 Co 12, la misión del Espíritu es formar a Cristo en los cristianos y así edificar el Cuerpo de Cristo
cinco
Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo trasciende las distinciones humanas entre los sexos. Dios no es ni hombre ni mujer: es Dios. Sin embargo, podemos atribuir características específicas a la misión del Hijo que llegó a ser hombre en Jesús y a la misión del Espíritu. Y la misión del Espíritu es distintivamente maternal para formar a Jesús primero en el seno de María y luego en tu alma. En ambos casos esta misión del Espíritu se lleva a cabo a través de la Maternidad de María!
¿Por qué existe esta profunda similitud en la persona y en la misión del Espíritu Santo y de María? Porque el Espíritu Santo creó a María como la expresión humana perfecta de la Persona y la Misión del Espíritu que forma a Jesús en ti. Y Dios hizo esto hasta tal punto que cuando ves a María ves cuál es la misión del Espíritu Santo: una misión materna de concebir, cuidar, cuidar, educar y formarte a semejanza de Jesús. Por eso nos consagramos a María; porque cuanto más nos entreguemos a María, más forma el Espíritu Santo en nosotros.