La libertad y el ocultamiento de Dios

UNO

¿Cómo puede ser libre la voluntad?

Hemos estado meditando sobre el poder del alma que llamamos voluntad, el poder que elige y, en última instancia, se supone que la voluntad elige el Bien Supremo: Dios. Pero en ese caso, ¿por qué Dios parece esconderse?

Bueno, primero, la voluntad es la facultad que siempre persigue lo que percibimos como bueno. La voluntad ya no podía optar por no perseguir un bien y los oídos no podían optar por escuchar algo que no era un sonido. Pero si siempre elegimos algún bien aparente, si ese es un rasgo necesario de nuestras voluntades, ¿cómo podemos ser libres?

Cuando decimos que la voluntad siempre elige el bien, queremos decir que siempre elige algo que parece ser satisfactorio y atractivo de alguna manera.

No queremos decir que la voluntad elija necesariamente el bien moral , es decir, el bien que conduce a nuestra felicidad perfecta y permanente a través de la unión con Dios en el Cielo.

DOS

Los pros y los contras de cada elección.

El hecho es que en esta vida experimentamos cada bien particular como si tuviera algo atractivo y algo desagradable. Hay pros y contras que van con cada alternativa que enfrentamos en la vida.

El resultado práctico es que somos libres de elegir perseguir un bien u otro, incluso si sabemos que nuestra elección es inmoral, es decir, daña nuestra capacidad para la felicidad última y el bien perfecto.

Este aspecto de la vida humana tiene una implicación de enorme importancia: explica por qué Dios se esconde. Porque, por supuesto, Él es el bien perfecto, y si se mostrara a nosotros en toda su gloria, sería infinitamente atractivo. Nada más podía competir. Tendríamos que quererlo.

Entonces, para preservar nuestra libertad, Él esconde toda la gloria de Su bondad.

TRES

La bondad abrumadora de Dios

En el Cielo conservamos nuestro libre albedrío, pero debido a que vemos la perfecta bondad y belleza de Dios, no elegiremos algo menos que él. Por eso se esconde mientras estamos en la tierra, para que podamos elegirlo libremente, por amor a él.

Incluso los ángeles, antes de tomar su decisión a favor o en contra de Dios, no pudieron verlo como realmente es. La bondad de Dios es demasiado abrumadora. Cautiva, domina la voluntad creada, como una mujer hermosa cautiva la atención de un hombre que la admira.

De hecho, imagina a una mujer, la mujer más hermosa del mundo, que es tan asombrosamente hermosa que todos los hombres se enamoran perdidamente de ella a primera vista. Imagine que esta mujer decidió salir solo con hombres en un servicio de citas en línea donde no publicó su foto y solo se comunicaba con sus pretendientes por correo electrónico. Por supuesto, eso significa que su perfil se pasaría por alto a favor de otras chicas. Pero también significa que cuando un hombre finalmente le proponga matrimonio, ella sabrá que él la ama libremente, y no solo porque estaba hipnotizado o hipnotizado por su belleza.

Así también, Dios se esconde. Y cuando Él hace eso, somos libres de elegir un bien menor, un bien que es más presente, más familiar, más una cantidad conocida. Pero también significa que si lo elegimos a Él, es porque lo amamos libremente, y no simplemente porque Su gloria hace que sea imposible ver otra cosa.

CUATRO

La Humildad de Dios por Nuestra Libertad

Dios actúa como si fuera sólo una alternativa entre muchas. Elegir buscar a Dios, en esta vida, a menudo se siente muy similar a elegir buscar otros bienes finitos: a veces es agradable ya veces desagradable. Hay pros y contras, ya veces disfrutar de bienes menores ahora tiene un atractivo inmediato y concreto que disfrutar de Dios más tarde no lo tiene, lo que nos hace libres para decidir de cualquier manera.

Pero piensa en lo feliz que será ese hombre que ha decidido casarse con la mujer invisible porque sabe lo buena que es y luego, cuando la conoce el día de su boda, descubre que también es la mujer más hermosa del mundo.

Ese será nuestro éxtasis cuando contemplemos a Dios y comencemos a disfrutar de esa belleza que tomará una eternidad apreciar, y qué satisfacción será saber que lo elegimos libremente, antes de esta visión maravillosamente abrumadora.

Y que todo fue posible porque el Dios del Cielo y de la Tierra tuvo la humildad de darnos el don de esconderse, por un ratito, mientras decidíamos si queríamos amarlo o no.

CINCO

Ahora es nuestro momento de elegir la belleza oculta.

¿Y cómo lo elegimos cuando no podemos verlo primero?

A través de la meditación diaria, donde elegimos pasar tiempo con el Dios que no podemos ver, escuchar o experimentar. Y elegimos recibir al Dios escondido en la Eucaristía que parece pan ordinario. Y elegimos al Dios escondido cuando viene a nosotros cargando su cruz en nuestro sufrimiento. Cuando elegimos aceptar nuestro sufrimiento, elegimos a Cristo que viene a nosotros en la cruz y elegimos al Dios escondido cuando viene a nosotros con el angustioso disfraz de esposo difícil, hijo difícil, persona difícil. Elegimos al Dios escondido cuando viene a nosotros en el angustioso disfraz del pobre, del padre anciano, y elegimos al Dios escondido por la obediencia a sus enseñanzas aun cuando no podamos entenderlas o verlas, aún así elegimos ser fieles a Su enseñanza que nos llega a través de Su Iglesia.

Y lo más importante, ver la generosidad de Dios detrás de todo. Decir, “Este eres Tú, Señor, detrás de todo, cuando no puedo verlo. Y gracias, Señor.”

Esta vida es el momento de elegir la belleza oculta.

Previous
Previous

El regalo del trabajo

Next
Next

Dios y el hombre