Consagración a la Virgen María 7

uno

Este es el día 5 de nuestra preparación de los 33 días para la consagración a Jesús a través de María.

San Luis de Montfort insiste en que para sermos llenos de Dios y alcanzar la felicidad verdadera y duradera, primero debemos conocernos a nosotros mismos, nuestros vicios, nuestras debilidades y nuestra necesidad de Dios. Los vicios son las malas acciones que convertimos en hábitos que destruyen lo que necesitamos para ser felices. Existen siete vicios radiculares o mortals.

Orgullo, envidia, ira, pereza, avaricia, gula, lujuria.

Los maestros espirituales nos enseñan que cada persona tiene por lo menos 2-3 de estos pecados mortales.

Hoy reflexionamos sobre la avaricia

Comencemos en nombre de ...

1. La avaricia es un amor desordenado por obtener y poseer.

Aunque esto puede implicar solo dinero, también puede tomar la forma de un deseo excesivo de posición, conocimiento y otros bienes. La avaricia es un deseo que a busca encontrar la felicidad o la seguridad en las realidades mundanas, en lugar de buscar la unión con Dios, quien solo puede satisfacer nuestro deseo infinito de verdad, belleza y bondad. Cuando no confiamos en que Dios proveerá nuestro pan de cada día, entonces buscamos tomar todo lo que podamos y almacenarlo para un día lluvioso.

dos

Vemos la avaricia manifestada en:

1. El consumismo, la obtención y posesión de bienes materiales, que reemplazam la unión con Dios como meta de la vida.

2. Un afán y descuido en vivir más allá de los medios

3. En la falta de donar el 10% a la Iglesia y otras organizaciones caritativas

Lucas, 12, 22-34

"Dijo a sus discípulos: Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis: porque la vida vale más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido; fijaos en los cuervos: ni siembran, ni cosechan; no tienen bodega ni granero, y Dios los alimenta. ¡Cuánto más valéis vosotros que las aves! Por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe, añadir un codo a la medida de su vida? Si, pues, no sois capaces ni de lo más pequeño, ¿por qué preocuparos de lo demás? Fijaos en los lirios, cómo ni hilan ni tejen. Pero yo os digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de ellos. Pues si a la hierba que hoy está en el campo y mañana se echa al horno, Dios así la viste ¡cuánto más a vosotros, hombres de poca fe! Así pues, vosotros no andéis buscando qué comer ni qué beber, y no estéis inquietos. Que por todas esas cosas se afanan los gentiles del mundo; y ya sabe vuestro Padre que tenéis la necesidad de eso. Buscad más bien su Reino, y esas cosas se os darán por añadidura. No temas, pequeño rebaño, porque a vuestro Padre le ha parecido bien daros a vosotros el Reino. Vended vuestros bienes y dad limosna. Haceos bolsas que no se deterioran, un tesoro inagotable en los cielos, donde no llega el ladrón, ni la polilla; porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón."

tres

Jesús nos invita a ofrecer la forma en que El ofrece, o sea generosamente, en limosna, oración y ayuno.

Como nos dijo el Señor: Ofresca, y se le ofrecerá a ti: una medida completa, apretada, sacudida, se verterá en tu regazo; porque con la misma medida que mides es la medida que se serás medido '.

¿Por qué Jesús quiere que regalemos dinero, ayunemos y oremos? Porque solo Dios satisface. No hay nada que podamos comprar, nada que podamos poner en nuestra boca y ninguna manera en que podamos pasar nuestro tiempo que satisfaga nuestra hambre y sed de Dios, sino Dios. Podemos recibir a Dios inmediatamente mediante la oración, incluso si no lo sentimos porque la presencia de Dios es más profunda que el nivel de los sentidos. Pero para recibir a Dios más completamente, necesitamos romper algunas adicciones. Necesitamos romper nuestra adicción a la autosuficiencia regalando nuestro dinero; y rompemos nuestras adicciones a los placeres de los 5 sentidos al ayunar. Por lo tanto, Jesús dice, cuando, y no si, das limosna, oras y ayunas porque él sabe que son necesarias.

cuatro

Dios ha sido generoso con nosotros y espera que hagamos lo mismo con los demás:

San Pablo escribe en 2 Corintios 8: 9 Recuerda cuán generoso era el Señor Jesús: era rico, pero se volvió pobre por tu bien, para hacerte rico de su pobreza ... 9: 6 No olvides: Quien poco sembra significa que poco va a cosechar; cuanto más siembras, más cosechas. Cada uno debe dar lo que ha decidido en su propia mente, no de mala gana o porque está hecho, porque Dios ama aquelle que dona con alegria. Y no hay límite para las bendiciones que Dios puede enviarles: se asegurará de que siempre tengan todo lo que necesitan para sí mismos en todas las circunstancias posibles, y aún tengan algo de sobra para todo tipo de buenas obras. Como dicen las Escrituras: Era libre para dar limosna y se los compartia a los pobres: sus buenas obras nunca serán olvidadas.

Dios nos da en abundancia; todo lo que espera a cambio es del 10%, eso es lo que significa un diezmo, 10%. Esto no tiene nada que ver con una exención de impuestos. Esto se trata de devolverle a Dios. ¿Estamos dando el 10% de nuestro dinero para cuidar a Jesús en los demás? Como Él dijo, todo lo que hiciste por el menor de estos mis hermanos, a mí lo hiciste. Construir edificios está bien, atender las necesidades físicas es mejor, alimentar a los hambrientos, dar refugio a las personas sin hogar, pero lo más importante en lo que invertimos con nuestras donaciones es la salvación de las almas al apoyar los esfuerzos de evangelización.

cinco

El cuidado del alma debe tener prioridad sobre el cuidado del cuerpo. El cuerpo muere, el alma es inmortal. Las obras espirituales de misericordia son más importantes que las corporales porque el alma tiene mayor valor que el cuerpo.

5. Podemos vencer la avaricia con simplicidad, confianza y generosidad:

1. Tiempo con Dios en adoración

2. Viviendo de manera más simple

3. Practicando el abandono a la providencia de Dios: su direcionamento y sus cuidados.

a. Si hacemos nuestro mejor esfuerzo para cumplir con nuestras responsabilidades, Dios proveerá

4. Da generosamente, el obolo de las viudas, por tu deseo y no por tu abundancia.

a. El diezmo (10%)

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