Consagración a la Virgen María 5
uno
¿Qué es la ira y? ¿Es algo siempre es malo?
La ira es buena. Es la pasión, la emoción, la energía y el poder que Dios nos ha dado y que debería ayudarnos.
1. Lograr algo difícil o arduo
2. Cambia lo que es malo o dificil
3. Soportar algo inmutable sin volvernos malvados.
4. El poder de la ira es el poder de la resistencia en el alma. (1,81,2)
Sin embargo, la ira es mala cuando nos controla y abruma nuestra razón. La lujuria y la ira hacen un hombre ciego.
Hay tres formas básicas de ira que nos hace dano :
1. Ira ciega, que cierra los ojos de la razón antes de que hayan podido comprender los hechos y juzgarlos;
2. Amargura del espíritu con una triste alegría que lo hace a uno - cínico
3. resentimiento vengativo
No queremos suprimir o deshacernos de este buen poder dado por Dios llamado ira; más bien queremos aprovecharlo.
dos
La ira se vuelve pecaminosa y destructiva cuando nos controla. La mansedumbre es la virtud, el poder, la fuerza tranquila para aprovechar el poder de la ira y dirigirlo hacia el bien.
La mansedumbre hace al hombre dueño de sí mismo (II, II 157,4)
La mansedumbre proviene de dos ideas
1. No ser provocado fácilmente
2. Aproveche la energía y el poder de algo fuerte pero fuera de control
Mansar un río era una frase que se usaba para describir la redirección de un río poderoso sin dejarlo correr salvajemente; ni condenarlo para que eventualmente se inunde. En cambio, cuando mansamos un río, capturamos el poder del río, y lo aprovechamos y lo usamos para generar energía y regar los campos.
La mansedumbre es la fuerza tranquila que aprovecha el buen poder de la ira y lo dirige para bien
1. Atacar, es decir, enfrentar el mal y cambiar las cosas para bien
2. Soportar con paciencia y alegría.
3. Combatir la tristeza y la desesperación.
tres
La mansedumbre es la virtud que nos mantiene libres de la esclavitud a la ira.
¿Cómo superamos la ira y asumimos la virtud de la mansedumbre? Cuando me enfrento a algo que provoca ira
1. Parar
2. Piensa
a. ¿Qué quiero al final: Dios y su voluntad?
b. ¿Que puedo hacer en esta situacion?
3. Luego Actúa - Haz lo que puedas - Cambia lo que sea posible
4. Si no hay nada que pueda hacer,
a. Aguanta alegremente
b. Esperanza: tenga una confianza firme en que Dios lo hará a mi favor - Romanos 8:28
C. Acéptalo con confianza
d. Ofrézcalo con amor y coopere con Dios para su propia transformación y para ayudar a Cristo a salvar almas.
Teresa de Ávila
Que nada te moleste / que nada te asuste
Todo pasa / Dios nunca cambia
La paciencia lo obtiene todo
Quien tiene a Dios nada falta
Solo Dios es suficiente
cuatro
Paciencia
La virtud de la paciencia es necesaria para aprovechar la ira. La paciencia es una forma especial de fortaleza por la cual soportamos las dificultades alegremente. La paciencia nos permite soportar sufrimientos físicos y morales sin ser abrumados por el dolor. La paciencia aprovecha las emociones de la ira y la tristeza para ayudarnos a aprovechar el bien del sufrimiento que nos purifica de los apegos desordenados, aumenta nuestra fe, esperanza y amor, que es nuestra capacidad para recibir la vida de Dios, y nos ayuda a aprovechar nuestro sufrimiento para Ayudar a salvar almas y a cambiar los acontecimientos mundiales. Pablo escribe en Col. 1:24. Me regocijo en mis sufrimientos para tu propio bien. Y en mi carne completo lo que falta en las aflicciones de Cristo por el bien de su cuerpo, es decir, la Iglesia.
5 grados de la paciencia
1. Renuncia sin queja o impaciencia a las cruces que Dios nos envía o permite que nos acerquemos.
2. Paz y serenidad frente a la aflicción, sin nada de la tristeza o la melancolía que acompaña a la mera resignación.
3. Aceptación de la propia cruz por el amor de Dios y para ayudar a salvar almas.
4. Completa y total alegría, lo que lleva a dar gracias a Dios por estar asociado con él en el misterio de la Cruz.
5. La insensatez de la Cruz, que prefiere el sufrimiento al placer y pone todo el deleite en el sufrimiento externo por el cual uno está configurado para Cristo.
cinco
5 maneras de crecer en paciencia:
1. Implorar constantemente a Dios por el don y la virtud de la paciencia. Sin la ayuda de Dios, no podemos hacer nada (Juan 15: 5), pero con su ayuda podemos hacer todas las cosas (Fil. 4:13).
2. Intente prever las dificultades que pueda encontrar en el camino de la virtud.
De esta manera, enfrentaras las cosas que causan ira y miedo con anticipación, de modo que cuando surjan, tenga un plan de juego y esté listo para lidiar con ellas porque no se tomó por sorpresa y las anticipastes.
3. Acepta con un espíritu generoso las pequeñas molestias de la vida diaria. Si no aprendemos a aceptar los inconvenientes inevitables y las pequeñas pruebas de la vida cotidiana, como el frío y el calor, el dolor y la incomodidad, las pequeñas enfermedades y dolores, las contradicciones y la ingratitud, nunca progresaremos en el cultivo de la virtud cristiana de la fortaleza.
4. Medita frecuentemente sobre el sufrimiento y la muerte de Cristo. No hay nada que fortalezca las almas débiles como la contemplación del heroísmo de Cristo. El nos dejó un ejemplo de sufrimiento para que siguiéramos sus pasos.
5. Puedes hacer cualquier cosa por la persona que amas, así que si quieres ser mejor para soportar el sufrimiento, entonces practica aceptar y aceptar todas las cosas por el amor de Dios. Eso es lo que le dio a San Pablo la fortaleza sobrehumana por la cual venció la tribulación, la angustia, la persecución, el hambre, el peligro y la espada. "En todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó" (Rom. 8:37). Cuando uno realmente ama a Dios, ya no hay dificultades para servirlo, y la propia debilidad se convierte en la base para esperar en él. "Mi gracia es suficiente para ti, porque mi poder se perfecciona en la debilidad ... Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte" (2 Cor. 12: 9-10).