Bienaventurados los pobres en espíritu
UNO
Bienaventuranza significa Felicidad. Las Bienaventuranzas son el plan de ocho pasos de Dios para la verdadera felicidad. Comienza con los pobres en espíritu.
Ser pobre de espíritu es encaminarlo todo a la unión con Dios, nuestra felicidad perfecta y duradera.
La oración es el camino más directo a la meta porque la oración es amistad con Dios.
Por oración entendemos la meditación diaria:
· Leer o recordar alguna enseñanza o acontecimiento de las Escrituras, de la vida de los Santos o de la Iglesia;
· Ejercita tu mente y piensa en ello, trata de comprenderlo.
· Luego termine su meditación formando una resolución simple y concreta para poner en práctica la enseñanza de Jesús.
El Rosario es un gran comienzo. Pero a medida que crece nuestra amistad con Jesús, nuestra oración debe simplificarse.
Permítete simplemente sentarte con Dios en silencio, atento a Dios en amorosa quietud.
¿Hay un deseo creciendo dentro de ti por más tiempo con Dios?
DOS
Las Bienaventuranzas son el plan de Dios para la felicidad pero somos criaturas complicadas que necesitamos muchas cosas buenas para ser felices y el problema es que nuestros amores se descontrolan.
Entonces necesitamos una jerarquía de cosas buenas, tres niveles de cosas buenas:
1. Bienes naturales superficiales:
a. Proteínas y carbohidratos
b. Dinero, poder y buena reputación
C. Libros
d. Café - medios para bienes superiores y no fines en sí mismos
2. Bienes naturales profundos:
a. Bienes físicos, nutrición, sueño, ejercicio, seguridad.
b. Familia y Amistad
C. Conocimiento,
d. Logro
mi. Belleza, que es muy diferente del entretenimiento.
3. Bienes divinos
a. Amistad o Unión con Dios, participación en Su Vida por medio de los sacramentos, la oración y la virtud
b. Para ser pobres de espíritu necesitamos mantener estos en orden.
C. Ama menos las cosas menores y ama más las cosas mayores, porque la virtud es el amor correctamente ordenado.
TRES
La forma de mantener todo en orden en la vida para que siempre busquemos la amistad con Dios como nuestro objetivo principal es vivir una vida bien ordenada y equilibrada.
Para ello necesitamos una Regla de Vida;
Una Regla de Vida nos ayuda a llegar a tiempo para poder dormir lo suficiente; levantarse con suficiente tiempo para la meditación diaria y/o la Misa diaria; dar suficiente tiempo para trabajar para ser responsable pero no tanto como para descuidar otras cosas buenas de la vida; pasar tiempo en relación con familiares y amigos; crecer en conocimiento y experimentar la belleza.
Una Regla de Vida es como una receta. La vida necesita los ingredientes correctos, en el orden correcto y en la proporción correcta.
C. S. Lewis; “Ponga primero lo primero y obtendremos lo segundo; pon primero lo segundo y perdemos lo primero y lo segundo.
CUATRO
Quiero sobre todo amistad con Dios y quiero llegar al Cielo.
Pero cuando examino honestamente mis motivaciones, lo que me consume es esforzarme por tener éxito en mi trabajo, físicamente sano y fuerte, quiero buenas relaciones, crecer en conocimiento y experimentar la belleza.
Dios nos diseñó para necesitar estas cosas buenas. Entonces, ¿cómo evitamos que nos consuman?
Debemos practicar el desapego, practicar el desapego de estas cosas buenas mediante la oración, el ayuno y la limosna.
Por la oración sacrificamos nuestro tiempo por el bien de la amistad con Dios; al ayunar renunciamos a nuestra comodidad y placer por el amor de Dios; y al dar limosna renunciamos a nuestra dependencia de nuestro dinero y aprendemos a confiar y amar más a Dios.
Si quieres ser pobre en espíritu, entonces debes orar, ayunar y dar limosnas.
CINCO
Para ser Pobres en Espíritu necesitamos identificar las cosas que nos impiden una amistad más profunda con Dios y deshacernos de ellas.
Cosas como demasiado trabajo o estar siempre disponible para trabajar a través de nuestro teléfono.
La distracción que proviene del entretenimiento en forma de noticias, deportes, programas, YouTube, FaceBook, Tik-Tok, Candy Crush, son las pantallas, ¡esas malditas pantallas!
Tenemos más tiempo libre que cualquier otra generación en la historia del mundo, pero estamos muy tentados a desperdiciarlo en cosas que nunca nos satisfacen y siempre nos dejan inquietos.
Jesús te está llamando a una profunda amistad con Él. Dar en la llamada.